domingo, 12 de abril de 2009

La duda

¿Amigos? Habría que definir ese término, porque suele ser algo ambiguo y generar conflictos. Los amigos no se besan, y nosotros lo hacíamos. Los amigos no salen diario ni se ven tanto ni se desean, y nosotros lo hacíamos. Entonces, ¿cómo volver a ser amigos si nunca lo fuimos? No sé si exista un equilibrio. No sé si quiero que exista. Vivimos cosas increíbles, pero la situación resulta extraña. Lo interesante del asunto es que ya no estoy triste. Ahora, es coraje y confusión. ¿O sí estoy triste? Ya no sé. La situación hace estragos en mi salud mental, porque pienso muchas cosas, muchas posibilidades y sé que la que es la correcta ni siquiera está cerca de ser alguna de las que pienso. Además, sé que la correcta es peor que las que había imaginado.

Ahora bien, seamos amigos. Los amigos no se ven tanto, pero tampoco platican como platicábamos. Seamos amigos, pero buenos amigos, los mejores, de esos que se confían todo y que platican bien y que aceptan ese pequeño deseo de que algún día las cosas cambien un poco, al menos por una de las partes. Eso es lo que deseo más que nada. Ojalá puedas confiar en mí para decir lo que piensas.

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