lunes, 18 de mayo de 2009

Rezando

A veces, por las noches rezo
para que duela menos mi mano,
y es que sin tu piel, sin tu rostro,
mi mano ya no sabe qué acariciar...

Y me duele,
Me duele tanto,
tanto que parece que reventará
Y me persigno, y rezo,
Nunca fui creyente, pero rezo...

A veces rezo por las noches
Deseando que hayas sido un sueño,
Y, entonces, sueño, allí en soledad,
Sueño que despierto muchos años después,
Y más me duele tu partida,
Más me duele tu desprecio,
Más me molesta la sangre seca,
Cubriendo la llaga purulenta que dejaste
porque, el irte, fue arrancarme
Un pedazo de este cuerpo que era tuyo,
Un pedazo de mi alma (tu alma),
Y dejarme este muñón cansado.

Y es que, a veces, rezo deseando
nunca hayas existido, como un fantasma,
¡Pero, eso eres! Y me persigues y dueles
y eres sabia y me conoces demasiado
y sabes dónde duele y ahí es donde tocas.

Por eso, rezo sin quererlo,
En la noche, en la soledad,
Cuando todo está ya oscuro,
Rezo para que no existas,
Rezo para que no vuelvas,
Mientras me duele esta mano
que extraña tanto acariciarte.

jueves, 14 de mayo de 2009

Método infalible para lastimar a una persona en 4 sencillos pasos!

Si lo que usted desea es lastimar a alguien, ¡No busque más por ese método que siempre dejará oportunidad a la otra persona de que piense que hizo las cosas bien! Le presento el infalible método para hacer sentir como mierda a otra persona (y de paso a usted mismo(a)):

Paso 1

Encuentre a una persona que realmente estime. ¡No importa si es un familiar, un(a) amigo(a) de toda la vida o el(la) novio(a)! Mientras más cercanos sean, mejor.

Paso 2

Busque fortalecer la amistad. Platique con esta persona sobre sus sueños, sus virtudes, sus miedos, sus inseguridades y todo aquello que no le confía más que a las personas que realmente considera más cercanas. (este punto es crucial para lograr el objetivo)

Paso 3

Busque la manera de que esta persona se sienta confiada con usted. No importa si eso implica que usted se empiece a sentir cercana a ella (todos los métodos tienen el conflicto de generarle dolor también a usted).

Paso 4

Justo cuando más cerca se sienta esta persona a usted, dele de inmediato el golpe de la traición (no me refiero a un golpe físico, no sea tonto(a), aunque en cierto momento también puede servirle o le puede servir estar preparado para recibir alguno). No importa cómo sea. No importa qué deba hacer. Válgase de lo aprendido en el paso 2 para destrozar los sueños y atacarle donde más duele. Puede requerir más esfuerzo del que esperaba, pero, cuando lo haya logrado, se podrá dar cuenta de que habrá dado resultados.

Tips

1. Sea muy observador y busque siempre la manera de evitar que la persona se dé cuenta de sus negras intenciones.
2. Si no tiene negras intenciones, ¡mejor! Así la persona no la verá venir y, cuando suceda, realmente le dolerá en el fondo del corazón. Mientras más inocente sea, mejor se logrará el objetivo.
3. Esté preparado para sentirse d-e l-a c-h-i-n-g-a-d-a. El dolor de la traición de la persona querida también le da a la persona querida.



Si todo esto falla (imposible), busque a un psiquiatra, porque la persona, además de quererle mucho, está obsesionada con usted. O, mejor aún, busque a un juez para que emita una orden de restricción.

La amistad es eterna y, aun cuando dañe a una persona, muy probablemente regresen a ser los mismos amigos de antes. El tiempo ayuda, pero el objetivo, cuando se alcanza, siempre quedará en el pasado de su relación.

¡Buena suerte!






NOTA: Perdón. Lamento lo que hice. La estupidez y la soledad son malas compañías.

domingo, 10 de mayo de 2009

Juegos...

No sé cómo iniciar esta entrada. Los dedos se traban al querer escribir, porque los sentimientos, a veces ayudan, a veces detienen. Aún me duele todo. Es como cuando termina uno de hacer ejercicio y sabe que le va a doler el cuerpo; al día siguiente, todo el ácido láctico acumulado hace que los músculos no funcionen adecuadamente. Así es con el corazón.

Aún me duele. Es extraño, pero aún me duele. Puedo querer hacerme el fuerte y aceptar la realidad (no hay de otra), pero aún me duele. Y, como no funciona adecuadamente, hace movimientos bruscos que, irremediablemente acaban siendo nefastos para otras personas. Por culpa de esta agujeta, se cometen errores y se hacen las cosas mal.

Ahora, he lastimado a alguien que quiero mucho. Y, ¿por qué? Por culpa del aporreamiento. No soy tonto, pero hago tonterías. Y me arrepiento, porque, cuando se hacen las cosas mal a propósito, pues se deben aceptar las consecuencias y punto. Pero, cuando se cometen errores, es lógico que uno se arrepienta por lo que se hace sin querer.

Duele, es cierto, pero sé que le duele más a ella. Normalmente no soy así. Lo que hago, lo hago sólo si lo medité mucho. Pero el cansancio me hizo hacer cosas que consideraba correctas y que, al final, sólo terminan por lastimar a la amistad. Espero aprender que no se debe jugar cansado.