viernes, 9 de abril de 2010

Estoy cansado

Estoy cansado de esta sequía; de estas manos que quieren escribir; de estos ojos y estas corvas que mueren por mirar un papel en blanco convertirse en un cuento o un poema y de cansarse de estar sentado durante horas dilucidando qué escribir, cómo escribirlo y darme cuenta después, que pude haberlo escrito mejor.

Estoy cansado porque no lo hago, porque no tengo tiempo. Es cierto, no soy un poeta atormentado (ni siquiera un poeta... no lo soy... no quiero serlo) y no tardo semanas enteras decidiendo qué palabra escribir o dónde poner o quitar una coma. Pero no tengo tiempo de todos modos. Tengo sobre mi escritorio "Peligros" de un tal Evaristo Salazar. "A ése lo conozco", pienso. "Él era como quiero ser: escribía y escribía", pero lo hacía porque podía. Yo no puedo, no tengo tiempo.

Ahora, me asfixian los pendientes, se apilan las tareas y me estoy cambiando de trabajo. Es una transición que pesa, pero pesa más porque no puedo, no tengo tiempo de saciar esta sed de mi cuerpo por escribir una palabra más.

Duelen las manos, como cuando uno no juega mucho tiempo y toma la raqueta una vez más.

2 comentarios:

  1. y yo ya estaba cansada de no leerte!!
    que bueno que te das tiempo para hacer lo que te gusta =)

    Te quierooooooooo

    ResponderEliminar
  2. Sí Hugo, a veces la mejor hoja en blanco existe dentro de nuestra cabeza.. y las manos no pueden escribir tan profundo.

    Saludos!

    ResponderEliminar